Link mencionados en este Podcast:
Ted Rossman, Olivia Rodrigo, Mia Regan
Locución Klau Tenorio-Music by John Yasut from Pixabay
Los fotógrafos han recurrido a las redes sociales para quejarse de los recientes cambios centrados en videos de Instagram para competir con TikTok, declarando que la aplicación los “odia”.
“Instagram odia a las fotógrafos, estoy convencida” dijo la ususaria @inaribriana
Ahora, Instagram ahora permitirá que las marcas conviertan sus Reels en anuncios, con una nueva opción de “Impulsar publicación” integrada en la aplicación.
El anuncio es un golpe más para los fotógrafos que sienten que Instagram los ha abandonado en los últimos meses, ya que la aplicación continúa priorizando el video sobre las fotos
Pero no es difícil intuir que las redes sociales distorsionan la realidad en el sentido que las personas dan lo mejor de sí mismas y, a veces, retratan versiones poco realistas de sí mismas”, dice Ted Rossman, analista senior de la industria de tarjetas de crédito de Bankrate.
Las redes sociales también afectan los hábitos de gasto de los consumidores, según un estudio, con casi la mitad de los usuarios admitiendo haber realizado una compra impulsiva basada en una publicación patrocinada. Casi la mitad de los usuarios de las redes sociales realizaron una compra impulsiva de un producto que vieron en las redes sociales y más del 64 por ciento se arrepintieron de haberlo hecho.
Uno de los tantos ejemplos que vemos a diario es el de una mujer que aparece en un video viral de TikTok que ha sido visto más de 60 millones de veces, quien dice que se siente “deshumanizada” por la experiencia. La mujer australiana, llamada Maree, dice que se sintió como “clickbait” después de que el video, filmado sin su consentimiento, se compartiera en la página de TikTok de Harrison Pawluk.
La publicación es un video de “acto de bondad al azar” que muestra a Maree recibiendo un ramo de flores de Pawluk con una leyenda que dice: “Espero que esto haya mejorado su día”.
Estos nos es más que un “clickbait”, una manera de atraer mas seguidores.
Otro de los ejemplos es una nueva tendencia de selfies que ha despegado entre la Generación Z en 2022. Con frentes enormes, brazos súper largos y cuerpos diminutos: es el selfie 0.5.
Pronunciada como una selfie de “punto cinco”, esta tendencia se ha convertido en un pilar entre las redes sociales de la Generación Z en los últimos meses, según un artículo reciente publicado por The New York Times.
Este estilo poco convencional de documentación visual ha sido popularizado por íconos millennials como Olivia Rodrigo y Mia Regan.
La estética del selfie 0.5 es fácil de detectar. Los signos reveladores son que la foto comúnmente parece un retrato ultra amplio de sus sujetos con el brazo extra largo del fotógrafo apareciendo en el marco, mostrando que si se trata de una verdadera selfie.
La popularidad de la selfie 0.5 tiende a rebelarse contra la estética perfecta y altamente editada vista por personas influyentes, como Kim Kardashian y Kylie Jenner en Instagram en la última década.
Algunos fotógrafos en TikTok están probando una técnica poco convencional para obtener resultados inusuales: rayar con una piedra ael frente de sus lentes, y destruirlos en el proceso, para obtener como resultado fotografías “mas suaves”.
Básicamente, esto nos muestra que la gente, en general, está desesperada.
El internet, en general, que fue una esperanza de libertad en la década de los 90 del siglo pasado, se ha convertido hoy en la peor pesadilla del ciudadano común.
En un mundo donde el desempleo se va incrementando, es esperable que la gente recurra a cualquier alternativa para hacer dinero.
La consecuencia es que las redes sociales terminan por ser negativas para lo población en general.
Habiendo comenzado con el anzuelo que existían solo para estar comunicados, como mantra que mantuvo Mark Zuckerberg y que luego fue seguido por las otras redes sociales, nos convencieron de la gran utilidad de los algoritmos.
Pero sus objetivos, desde un principio, fueron otros.
Es natural pensar que las redes iban a ser aprovechadas para el bombardeo constante y selectivo de publicidad.
Y esto podría no ser ta dañino, en definitiva, no causa demasiada alarma el elegir comprarse un para de zapatos tenis azul a invertir ese dinero en la propia educación.
Pero el objetivo final de la masificación vía teléfonos móviles de las redes sociales, es la recolección de datos.
Basta con analizar el tema del BREXIT en Inglaterra, para darse cuenta del alcance nocivo de estas redes.
La información que se tiene hoy de la población activa en Internet es tan detallada, que rebasa el 97% de exactitud en la predicción a futuro de las decisiones que tomará cualquier individuo.
Y naturalmente, al tener tal efectividad en la predicción, también son utilizadas para modificar las decisiones que esos individuos toman, a través de sutiles mensajes encapsulados en cualquiera de los elementos que aparecen en una pantalla.
Y esto ha generado legiones de ciudadanos atontados que toma decisiones sin saber muy bien para que o porque lo hicieron.
La desesperación de vivir en sociedades violentas donde las brecha entre los pobres y los ricos cada vez es más grande, ha dado un campo fértil para quienes quieren aprovecharse de ello.
Y tanto los políticos neoliberales como los pseudo-izquierdistas , han recurrido al populismo como arma para mantenerse en el poder y así poder acceder, sin importar las consecuencias, a este 1 o 2% de superricos que manejan el planeta, a los que siempre menciona el senador americano Bernie Sanders.
Y su arma predilecta han sido las redes sociales.
En su paso raudo por los gobiernos en pos de su enriquecimiento personal, las redes sirvieron para que la polarización haya sido su arma más efectiva.
Basta leer los comentarios en cualquiera de las redes de los usuarios afines a un político en particular, para comprobar que cualquier frase sin sentido pronunciada por mandatarios como Donald Trump, la expresidenta Cristina Fernádez de Kirchner, Jail Bolsonaro o Andrés López Obrador, sean estos supuestos defensores del pueblo o aguerridos combatientes del libre mercado, son catalogadas como genialidades, dignas de alabanzas infinitas o bien pasan a pertenecer a la categoría de frases de “estadistas”, (regalo de algunos periodistas que creen que por aparecer en televisión ya son merecedores del premio Pulitzer.).
En definitiva, una población atontada por mensajes que ni siquiera se sabe como y cuando llegaron, es mucho más fácil de manipular.
Ese, y no otro, es el objetivo de las redes sociales, que, al igual que la religión, necesita de rebaños que marchen todos al mismo paso creyendo que son llevados hasta un cielo custodiado por ángeles de infinita bondad, cuando realidad, son conducidos desde hace milenios, hasta el remanso de la manipulación.
Creer que esto se puede combatir con quejas lanzadas en las mismas redes sociales es bastante ingenuo, aunque no nos quedan muchos recursos para utilizar.
No se puede pretender librar batallas, cuando la guerra se ha perdido hace ya mucho años.