Links mencionados en este podcast: The Joker
Presentación: Claudia Tenorio.
Música: Sunday by TrackTribe
La evolución tecnológica nos ha traído nuevos lenguajes, pero también se han comenzado a modificar transversalmente los procesos de distintas disciplinas, aventajándose y superponiéndose unas a otras.
Quizás la producción cinematográfica es la que más utiliza las nuevas técnicas de color para sus grandes proyectos y, naturalmente, el resultado, aunque sutil, no deja de impresionarnos, más allá del contenido o temática del filme.
Viendo por segunda vez y detenidamente la película “El Guasón”, se puede encontrar el fino trabajo que se hizo con la corrección de color en cada una de las escenas.
A mi entender, el director nos adentra en un mundo casi distópico donde se muestra la atribulada vida del personaje que luego se convertirá en villano.
Y esta visión la desarrolla -naturalmente- con todos los elementos de la cinematografía, con la interpretación del actor, con una trama oscura en una ciudad Gótica antes desconocida, con la música, y con todos los demás elementos que tiene a su alcance.
Pero también nos traslada dentro de la personalidad del futuro villano, utilizando, sin restricciones, las correcciones de color en las que se enmarca cada escena.
Una de las características es que, a pesar del cambio paulatino del ambiente en el que se mueve el personaje, desde el principio hasta el final de la historia, el color de su piel se mantiene siempre en la tonalidad correcta, con respecto a la que podríamos ver si estuviéramos presentes en la escena.
Esto se logra con una dedicada utilización de la corrección de color, Color Grading, a falta de una mejor traducción desde el inglés.
Si bien la situación de iluminación con la que se encuentra un fotoperiodista es casi inalterable en la mayoría de los casos, la dominante de color (color cast), es algo con lo que se lidia cotidianamente.
Sin embargo, en muchos casos, la incorrecta utilización de la corrección de color, a la hora de balancear la dominante del mismo, termina por descompensar el color natural de la piel del personaje.
Esta utilización no debe pasar desapercibida por los fotógrafos al contar su historia.
No se trata solo de corregir la temperatura de color, sino de darle el marco adecuado a la escena, utilizando variaciones en el color ambiental, que sitúe al lector en la atmósfera correspondiente a lo que se cuenta.
Si hay un faltante en las historias fotográficas desarrolladas diariamente, cuando se trata de una situación que debería ser normal y se fue convirtiendo en tragedia, odio, alegría o desazón, es la carencia de una ambientación que se relacione con el relato en sí.
Descifrar o exteriorizar en imágenes la personalidad del sujeto fotografiado es una tarea casi colosal, aunque también se puede utilizar la gama de colores para denotar un ambiente que nos acerque más al estado anímico del personaje, o a la situación que estamos fotografiando.
Modelo: @kat0lion
El ambiente que le demos con la corrección de color también aporta a nuestra visión sobre cómo se desarrolla la historia, de acuerdo con el evento que estemos fotografiando.
Si bien es cierto que el fotoperiodismo es muy reacio a este tipo de cambios, debido a la posibilidad de falsear lo que se considera como “realidad”, bajo el supuesto de que todo aquello que sale de la cámara es lo más cercano a la situación en sí, esta línea se ha hecho cada vez más difusa con el desarrollo de las tecnologías aplicadas a mejorar las imágenes, las cuales -de hecho- ya están disponibles dentro de la cámara, incluida la inteligencia artificial.
Las técnicas de corrección de color, que pueden aprenderse en diversos tutoriales, se cuentan por decenas en las plataformas actuales, y ya es notorio que hay varios fotoperiodistas que las utilizan de manera moderada.
Quizás sea tiempo de ahondar en estas técnicas de corrección que nos arrojan un resultado más acorde a la ambientación que queremos darle a nuestras historias, sin entrar en el resbaloso terreno de la modificación de elementos que se encuentran en la fotografía.
Una buena manera de acentuar la atmósfera, tanto del personaje como de su entorno, es la utilización de herramientas como el Mapa de Degradado o Gradient Map, que nos permiten modificar el color de fondo, sin que con ello se contamine el color de la piel, o bien modificar el color solo de un sector de la fotografía, para dramatizar o atenuar el ambiente.
Este efecto lo podemos encontrar en muchas de las películas que vemos habitualmente.
Al igual que quien escribe una historia encuentra la forma de ambientar al lector en su relato, los fotoperiodistas no podemos perder de vista que nuestras imágenes deben estar apegadas al desarrollo y contenido de cada historia, para con ello darles un sello personal inconfundible.